¿Quién es? Todos tienen sus razones, todos su móvil sin cobertura, perdón, coartada, todos pudieron hacerlo...
Tal vez sea el cielo, vertical sí, pero ¿impasible? o tal vez no, ni mucho menos inquebrantable. Tal vez es el cielo cansado de que lo hollen sin oirle el que, anónimo, exije disculpas ahora que se la tiene que jugar todos los días con los tenedores que le deshilachan los vientos, sí, tal vez la misteriosa nota sea fruto del baile de una pluma y un trozo errático de papel mecidos por la brisa, y luego posados nada casualmente sobre el buzón correcto.
Por otra parte las plumas que lleva el viento no tienen tinta, nunca jamás,sería un atentado contra la poesía. Sin embargo no hay ninguna ley antiterrorista que prohiba a los cantantes obesos poseer tinta (excepto en el soleado estado de Delaware donde tal cosa puede llevarte al calabozo una semana). Esto nos lleva a John Gordon, cantautor, que no cantante, aquejado de obesidad morbida que ha empujado su cuerpo hasta los 169 kilos, cien por encima de lo que se podría considerar gracioso, uno por debajo de lo que se le acusa. Una persona así puede albergar mucho resentimiento ante las acusaciones de que suda bien, canta mal y debería adelgazar (lo pensaste no lo niegues). Existe la posibilidad de que John se haya cansado de que no le aprecien como letrista después de
versos como los de "esófago latino" o "sudor de amor", que inflen su peso para causar impresión y que no se aprecie el tono aflautado de su voz.
Aunque probablemente entonces no sería una sola nota, sería toda la partitura y sudada, lo que nos deja al entorno de Epi (el Escalador de Pirámides invertidas). Todos ellos evidentemente cabreados por su locura cristalizada en la necesidad de trepar piramides invertidas, siempre al revés de todo el mundo, rompiendo el acuerdo tácito de permanecer unidos que es la amistad... y queda su novia, el psicólogo de su novia, el artesano que le fabrica al psicólogo de su novia los divanes, la ANVP (Asociación No Volteen las Pirámides), etc...
Demasiados. Tal vez y sólo tal vez fueran todos, reunidos bajo un cielo que amenaza tormenta, un cantautor obeso, una asociación de defensa del patrimonio de la humanidad, los colegas, la novia, un hombre que les pregunta a todos los demas por su infancia y otro que golpea contra su palma pensativamente lo que parece ser la pata de madera de nogal de un mueble... tal vez esa extraña conspiración fabricó la nota ¿Ustedes que creen?
ridar.
Mediante una OPA me hago con el título de tu texto y le emplazo a usted y a todo su público bohemio aquí, dentro de unas semanas, para batirnos a muerte a golpe de estilográfica.
Posted by: Wao en: 10 de Marzo 2006 a las 08:54 PMY Caro suscribe y corrobora todo lo arriba dicho.
Posted by: Wao. en: 10 de Marzo 2006 a las 08:56 PMNo. Fueron ellos. Y sí, claro que fueron ellos. los otros. Y quién si no? Pero no fue una conspiración. Fue solo uno (uno de ellos que eran todos y cada uno de ellos). Y creía que había culpables, inocentes, juicios, pecados y penitencias.
Por otra parte, los culpables siempre son los otros.
Posted by: Nosterfly en: 15 de Marzo 2006 a las 04:23 PMestaultimafrase no es mia, es una reelaboración de otra de Duchamp, su epitafio, el que se puede leer en su tumba, y que escribió él mismo: "d'ailleurs c'est toujours les autres qui meurent" - por otra parte siempre se mueren los otros-
ay los otros, ya todo se comprende
(ayeltiempo!yatodosecomprende-gdbiedma)